17 de Enero de 2008
Son las ocho de la noche y hace un frió espantoso, ella contempla el oscuro y pequeño cuarto que sera su hogar por algún tiempo corto. la pensión esta ubicada en el centro de la ciudad, es sencilla y antigua, tiene lo básico para un alma vagabunda, soñadora, solitaria y triste.
Ella tiene la belleza de una princesa indígena, su cabello negro, rizado y largo, su tez morena y sus ojos oscuros como la noche, aunque perdidos en medio de la nada. inteligente y astuta, hasta se haría pasar por estudiante universitaria, pero esta vacía por dentro, su alma murió hace mucho, su infancia la escondió en un baúl, y la llave la tiro al mar. cambio sus muñecas por un porro, su condena. Nada fue culpa suya o si? simplemente no comprendio bien las cosas, nadie se las explico y su destino es ahora un bote sin rumbo, que tantos y tantas han soñado cambiar, pero ella no. obstinada tal vez? confundida? solo ella lo sabe... lo único que se es que se esta matando lento y dolorosamente.
-llueve, llueve, y llueve, pero no importa celebraremos mi liberación !Por fin ¡ tengo mi espacio, ya no mas regaños, ni explicaciones que dar, -pensó ella mientras encendía uno de los tantos porros que compro con el dinero que le dio quien en verdad la amaba.
Nadie noto el humo y el olor que salia de su cuarto, era un mezcla entre marihuana y sexo. nadie lo noto porque ya era algo habitual, cada cuarto era un infierno distinto, cada loco con su vida
se acerco al viejo balcón, para su alegría estaba en el ultimo piso de 8 niveles, el viento soplaba y la lluvia caía sobre ella, pero el humo que salia de su cuerpo la mantenía caliente.
-!Esto si es vida¡ !aprende de mi, maldito mundo!, - grito con fuerza, para que el universo se diera cuenta que ella decidió condenarse a muerte sola.
cerro el balcón y entro con cuidado de no resbalar con la botella vacía de vino, una botella mas al lado de media docena de cajas vacías de distintos tragos. litros y litros que bebió sola en su mayoría en dos días. en el piso también habían cajas de cigarrillos vacías y cientos de cenizas de cigarrillo y de ella.
Alguien abría la puerta, era el que decía quererla, pero ¿en realidad quien te quiere es tu guia en el infierno? que me lo diga ella. entro, dejo en un rincon su húmeda chaqueta y en la mesa dos cajas de vino, varias cajas de cigarrillos, condones, aspirinas.
- ¿conseguiste todo? - dijo tiernamente ella
- si, nunca vas a olvidar esta noche - sonrió
bebieron los primeros tragos de su nueva vida, rieron, fumaron, se sumieron a las delicias de los placeres carnales hasta el cansancio, creyeron amarse y ser felices, aunque por dentro ya estuvieran condenados para siempre a la melancolía.
Los primeros rayos de sol se colaron por el balcón, el día que empezaba los llamaba, ellos dormían profundamente. él fue el primero en despertarse, su cuerpo intoxicado y cansado respondía lentamente. se paro y busco ropa.
- buenos días, ¿quieres algo?
no hubo respuesta nadie contesto
- ¿estas dormida aún? ¿quieres algo?
el silencio siguió presente
- ya vengo, voy por comida
rápidamente busco su billetera, contó cuanto tenia para comer y cuanto debía dejar para la noche, salio a buscar una tienda a pesar de la poca probalidad de que algo estuviera abierto. la suerte lo acompaño y pronto estuvo de regreso. su dama de parranda todavía dormía.
- mucho guayabo jaja
habitualmente ella a pesar de tenerlo lo negaría, porque su orgullo no permitia que la vieran débil.
el silencio contestaba por ella.
el se acerco, ella estaba mucho mas fría que lo habitual, su respiración se había ido hace pocas horas, su pulso se detuvo para siempre. ya no era ella, sino un cuerpo inmóvil, su alma vacía ya se había marchado.
¿Moriría feliz? tal vez, le dio una gran despedida al mundo terrenal, murió en los brazos de quien creía era el amor de su vida. ya su alma vacía divaga en el mundo buscando lo que perdió hace mucho y pensando en todo el daño que vivió y causo